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Con más de 10 años de carrera, María José Carmona comenzó en la ilustración con su proyecto de título donde desarrolló un libro acordeón de cerca de dos metros y medio con pop-up sobre la flora y fauna del litoral de Chile para niños y niñas. “Ese libro estaba completamente ilustrado, pero yo no sabía hasta ese entonces que estaba explorando el mundo de la ilustración, fue una forma bastante intuitiva y orgánica”, explica María José sobre sus inicios.
Hoy se encuentra en pleno desarrollo de la creación de una ilustración sobre el Jardín del Mercado, que estará en el libro MUT, un texto que documentará el proceso y el resultado de la creación de MUT.
El Jardín del Mercado es un lugar de encuentro, una plaza que está en el centro del proyecto y que se conecta directamente con la calle y los jardines de los pisos superiores de MUT. Este espacio tendrá especies mediterráneas, nativas e introducidas que se adaptan muy bien al clima de la zona central de Chile, como robles, olivos, naranjos y parrones, entre otras. Además, está enfocado en el cero consumo de agua potable para riego, la cual es 100% recuperada (captura de la humedad ambiental, aprovechando aguas lluvia y aguas grises recicladas).
¿Qué inspira tu estilo?
Camino bastante, y eso me inspira mucho. Me gusta hacer trayectos de la vida cotidiana a pie, e ir en esas caminatas observando ciertos detalles, nervaduras de hojas, o un fruto en particular, un chanchito de tierra o un abejorro tomando el polen de una flor. Hay tantas cosas pasando en nuestro entorno y que si no nos detenemos a observar, no lo vemos, no lo escuchamos, no lo olemos. Me gusta guardar esas experiencias.
Cuando pienso qué es lo que me gusta de ese quehacer cotidiano, y muy ligado a la naturaleza, llego inevitablemente a la memoria de lo que fue mi propia infancia; eso es algo que alimenta mi trabajo. Estuve junto a mis hermanas y hermanos, inmersa entre bichos, culebras y potos de mar de forma muy cotidiana y cercana. Creo que esa observación y goce son disparadores de ideas, donde lo que busco, es llegar a esa emoción, sincera, directa, buscar lo básico, y ojalá, llegar a eso esencial.
Investigo mucho también, y ahí me preocupo de no inventar rasgos o detalles de especies si lo que estoy ilustrando son seres vivos. En el mundo de la ilustración comencé desde algo muy apegado a lo natural y más científico. Poco a poco he ido soltando esa rigidez, acercándome a algo más sensorial.¿En qué consiste la ilustración del jardín del mercado?
El Jardín del Mercado es relevante en el proyecto y lo que se busca generar con esta ilustración es mostrar el espíritu tras él. Aquí María Luisa Salazar y Josefina Muñoz fueron quienes me introdujeron a lo que implica y significa el Jardín en MUT. Conceptos como un lugar para estar, lleno de vida, diverso, para todas las personas, de flujo e intercambio, movimientos y donde la estacionalidad se vea reflejada también en el paisaje, fueron algunas bases desde donde comencé a investigar y diseñar. Esta ilustración desplegable, consta de dos capas, donde la capa superior irá impresa sobre un papel vegetal, permitiendo que los elementos tras ella se trasluzcan y conversen con lo que estará en el papel vegetal. La idea tras esto, es asemejarse a lo que sucede al entrar a un bosque, un lugar donde encontramos las principales especies del proyecto, como olivos, naranjos, limones, romero, alliums, etc. y al abrir o “entrar” al bosque, nos encontramos con la capa que nos muestra personas, muy diversas, de todas las edades, interactuando y disfrutando, estando en este espacio de vida. Donde convivimos y somos naturaleza.
¿Cómo fue el proceso de creación de tu ilustración?
Una vez que ya tuve claro el diseño de paisaje realizado por Paula Livingstone y Javiera Jadue, las especies principales y lo que se busca con la propuesta, comencé a investigar sobre estas especies, su relación entre ellas, la disposición en la página y cómo integrar a las personas en el diseño. También los colores, las formas, las acciones que podrían ocurrir en este lugar, de qué manera se puede mostrar el jardín como uno para estar y compartir. Fue un proceso largo, de muchas reuniones y muchísimas horas de trabajo, dibujando y coloreando, buscando conceptos y luego la forma de expresar estas ideas en ilustraciones.
En cuanto a los colores, se decidió a nivel de equipo de diseño del libro, usar la paleta de colores de MUT, agregando dos verdes y una amarillo que funcionaran bien en el total.
Hay un estudio de las especies, también sus posibles usos y preparaciones, como el de hacer jugo con las naranjas, y también la relación de las personas en esta preparación, en la cosecha, en tomarse el jugo, y así. Entender las conexiones y cómo nos vamos relacionando unas especies con otras. Entonces cuando ya eso fue marcando el pulso general de la idea de la ilustración, vino esto de mostrar una capa, que se despliega, y que tiene transparencia hacia otra capa. En el fondo son dos grandes ilustraciones, que conversan la una con la otra. Es como lo que nos ocurre a nosotros mismos al observar la naturaleza y sus relaciones. Los detalles, la magia, la vida está ahí, frente a nuestros ojos, somos parte de ella, pero de pronto, pasa desapercibido si no nos detenemos a mirar.
Con eso ya claro, el paso siguiente fue dibujar en grafito ambas capas, en primer lugar la de las especies principales, una lámina más botánica, donde conviven estas plantas, una rama de olivo, un peral en flor, de pronto una rama de naranjo se asoma, cruzándose entre los allium, el kale y la acelga. Romeros y menta, aromatizan la doble página, junto con el limón. ¿Y qué más hay si miramos las hojas, las ramas, las flores? Abejas, orugas, una chinita, mariposas, una crisopa, un zorzal. La idea aquí es sumergirse entre estas plantas que nos hablan del mundo vegetal del jardín del mercado. Esta ilustración tiene muchos detalles, hay estudio de cada una de las especies, de cómo nace la hoja desde una rama, los frutos, cómo son los pétalos de la flor. Una vez terminado el dibujo, la digitalicé y fui redibujando cada una de las especies en digital, y luego, coloreando cada una de las especies por separado. Cuando ya tuve todas listas, armé la composición en el computador que diseñé y dibujé en papel. La capa que está bajo esta, es una más suelta, de mucho movimiento y flujo de personas, de muchas y todo tipo de personas, animales, árboles, arbustos, flores, y cómo interactúan todas éstas. Lo que tomé como base al hacer el dibujo en grafito, fue un plano de la arquitectura en planta de las torres. Con eso tenía la disposición de éstas y cómo era este espacio visto desde el vuelo de un pájaro. Entonces, las torres para este dibujo, eran el espacio blanco, donde ocurre muy poco, y dan el blanco a la ilustración. En cambio, lo “que queda” sería todo lo que consideraría al dibujar. Las veredas, el jardín mismo, los espacios entre una torre y otra, la escalera para llegar al jardín de MUT. Todo se fue llenando de personas, de bicicletas, monopatín, de adultos, y de niños, de niñas y jóvenes, de ancianos, de palomas, hojas, libros; y dónde podemos ver infinitas circunstancias, situaciones y acciones. Aquí quise resaltar mucho el juego, como símbolo de algo vivo, la infancia como un actor relevante en la sociedad y en los espacios que se diseñan. Porque es importante pensar en todas las personas cuando imaginamos un lugar. En esta capa se entremezclan elementos de arquitectura del lugar, con otros que imagino podrían ocurrir, y también otros que provienen más desde la imaginación y con ciertas libertades de escala y movimientos. En esta ilustración, también trabajé a mano, sobre el plano de la planta, y luego, cuando tuve cada elemento, detalle, persona, planta o animal, digitalicé y comencé a redibujar en la paleta de colores establecida para armar y lograr la composición completa que había realizado en papel.
¿En qué te inspiraste?
Yo quería que este trabajo fuese uno en que si bien se pudieran reconocer especies, también se viera cierta libertad y movimientos espontáneos. Por eso me inspiré mucho en el juego y la infancia, en ese trazo, en colores alegres y planos, movimientos sinceros, de pronto torpes; donde aunque hubiesen muchísimos elementos, el grosor del trazo no daría para tantas expresiones y detalles. También hay mucha inspiración de caminatas, sensaciones que me generan especies como el limón, el romero, el olivo, también sus olores, texturas, los sonidos que surgen en torno a ellas. Quería que al ver la ilustración uno sintiese que ésta te habla, que te vieras inmerso y sintieras sus movimientos y la vida. Que lo más detallado y perfecto, conviviese de forma armónica con el caos y lo imperfecto.
Desde lo conceptual, el trabajo de artistas como Calder, Mondrian y Miró me llevaron a pensar en este juego, en la simpleza, en los colores vibrantes y planos. Desde un estilo de ilustración el trabajo de Maria Dek, Valerio Vidali, Annie Davidson, Violeta Lopiz, Jesús Cisneros y tantos otros me inspiraron en su trazo y estilo.
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