Inspirada en el concepto de residuos, la intervención artística consiste en una escultura textil hecha a partir de chaquetas recicladas que dialogan entre sí a través de sus etiquetas.

La obra en un párrafo

“Consiste en un grupo de chaquetas que están conectadas entre sí a través de la etiqueta de la ropa. La etiqueta comienza con instrucciones que hablan del cuidado de la ropa, pero a medida que avanzan, estas se transforman en instrucciones para cuidar el cuerpo, para cuidarse a sí mismos y a otros. Lo que comienza siendo una lista que refiere a una prenda, termina siendo un diálogo entre personas y sus distintas formas de ser”.

El mensaje

“La obra busca evidenciar los cuidados que requiere cada persona, aspectos físicos de su cuerpo, pero sobre todo, respecto a lo emocional. En especial, llevado al hecho de que los humanos somos animales sociales, seres colectivos y estamos hechos para interactuar unos con otros. Esto lleva no solo al cuidado de uno, sino también a respetar a otros. A través de cada chaqueta, su única personalidad e instrucciones de cuidados, creo un diálogo e interacción que remite a lo colectivo”.

El proceso e inspiración

“Esta obra es parte de una investigación que partí el 2014, donde comencé a trabajar con la ropa como medio para hablar sobre el cuerpo. La ropa lleva naturalmente la forma de un humano representada en ella, por lo tanto, me permite representar y hablar sobre el cuerpo. Al mismo tiempo ésta me permite trabajar otras ideas al utilizar los elementos propios que la componen. Por ejemplo: los botones pueden representar cerrar algo, las coderas reparar o cuidar, los bolsillos el guardar o esconder algo, y así con cada elemento de una prenda. Entonces si la etiqueta es un instructivo para cuidar la ropa, por qué no como artista utilizar ese mismo lenguaje para hablar sobre el cuerpo y el humano. Al ser un material cotidiano, con el que todos nos conectamos cada mañana al vestirnos, se convierte en un mensaje al alcance todos”.

Materiales y objetos

“Trabajo particularmente con ropa de segunda mano, porque me permite tener acceso a muchos tonos, colores y materialidades que no encuentro en el retail. Pero por sobre todo, estoy comprometida con la sustentabilidad en mi trabajo. Al llevar tanto tiempo trabajando con ropa he investigado y me he informado mucho respecto al impacto de la industria textil en el medioambiente y eso me ha impulsado a tomar esta decisión como algo permanente. Casi todas mis esculturas textiles han sido a partir de ropa de segunda mano donada por familia o amigos y encontrada en el centro de Santiago en tiendas de ropa usada”.

La obra y MUT

“La relación de “Sentido Común” y MUT tiene que ver con lo anterior, con los materiales que uso y su el enfoque sustentable, con el querer manifestar una opinión, buscar llegar al espectador y poder entregarle un mensaje de la sustentabilidad y respecto al poder de lo colectivo. De alguna forma, representar cómo un grupo de personas se pueden unir y dialogar en función de entenderse mejor, de cuidarse entre ellas y también cuidar el planeta en el que vivimos”.

La creación de la vitrina

“El proceso ha sido muy interesante, ya que esta es una de las obras más grandes que he hecho en cuanto a tamaño. Algunos de los desafíos han sido lograr a través de muchas prendas representar lo colectivo, ya que normalmente suelo trabajar la escultura de forma individual. Por otro lado, abarcar un lugar muy amplio que al mismo tiempo es una vitrina. Y pienso que esto último justamente es lo más desafiante, conectar con el espectador, con las personas que caminan día a día por ahí, y reconocer el gran alcance que tiene. Ha sido muy interesante repensar mi obra que suele ser de sala, encerrada entre cuatro paredes, para ser exhibida en un espacio urbano”.